El pedido de los novios fue claro: «cero fotos filtradas desde el salón», para esto se bloquearon señales 2G,3G,4G y todas las frecuencias de Wifi en el interior del salón, se pidieron permisos especiales, montaron un búnker de control con el equipamiento necesario. El objetivo: Bloquear toda la zona de convenciones (con algunas excepciones).
El operativo comenzó varios días antes de la boda, con la verificación de cada elemento que ingresaba al salón. El objetivo era que no se filtrara ningún equipo que no pasara por el control de seguridad física y lógica.
El trabajo incluyo seguridad física para las cámaras del fotógrafo de la boda, a su vez se contó con una computadora cifrada donde se resguardaban las imagenes capturadas por el fotógrafo.
Existía un plan B: “Si se filtraba información de forma descontrolada, teníamos montado un sistema de ataques por denegación de servicio» nos contaron los especialistas en seguridad.
Vale aclarar que los encargados de todo este operativo fueron únicamente este par de especialistas de seguridad informática, por lo cual es indudable que el talento Rosarino no es solo a nivel fútbol.